El sobrepeso y la obesidad durante la infancia son dos de los problemas que actualmente van en aumento en México.
La mala alimentación y la falta de actividad física incrementan el problema aumentando el número de enfermedades crónicas no transmisibles ligadas a ellas tales como: diabetes, hipertensión arterial, otras enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares e incluso el cáncer.
El practicar una actividad física durante la infancia, es esencial para el crecimiento y la salud de un niño.
En definitiva, las consecuencias psicológicas de la obesidad son muy reales para la mayoría de los niños que la sufren, necesitan la ayuda de los adultos y profesionales para superarlas.
Cuando un niño come de más, es porque tiene muchos vacíos que llenar además de los del hambre. Lo importante es que los niños aprendan a comer y que desarrollen una actitud ante el alimento, ya que pueden estar comiendo muy sano, pero sentirse amenazados, asustado o asqueados cuando lo hacen, o estar tratando de satisfacer otra necesidad que no es hambre.
Los niños obesos suelen ser objeto de burlas y rechazo por parte de sus compañeros, ocasionando: baja autoestima, percepción negativa de la imagen corporal, depresión que conlleva a la tristeza y el aislamiento causados por el rechazo.
La depresión es una enfermedad seria que implica trastornos químicos en el cerebro y tiene que ser tratada. Los niños no pueden resolver este problema por sí solos.