Los alimentos chatarra por si solos no son los culpables de la obesidad infantil en su totalidad.
El permitir que un niño sea sedentario y no incitarlo a realizar actividad física desata los riesgos de ser obeso.
Podrá comer muy sano y no realizar ejercicio, pero aun así la falta de activación física puede provocar insuficiencias en su crecimiento.

La clave está en aumentar el consumo de frutas y verduras en su dieta, moderar o disminuir el consumo de alimentos chatarra y proporcionarle rutinas profesionales de activación física infantil para que en conjunto contrarreste posibles enfermedades en su edad adulta.